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¿Eres un aficionado a la época medieval? Conoce las armaduras medievales, su origen y partes que las conforman. Aunque desde ahora te adelantamos que existen múltiples tipos de armaduras medievales, según el rango de quien la usara, la ocasión y desde luego, la época.
El ser humano siempre ha sentido la necesidad de protegerse de peligros y predadores, con el tiempo comenzó a crear armaduras para protegerse de ataques de ejércitos enemigos.
Te daremos un breve recorrido por la historia de las armaduras medievales, sus usos, materiales y partes que las conforman.
Se tiene registro de la existencia de armaduras desde los egipcios por el año 4000 a.C., hechas principalmente de pieles de cocodrilo con bronce.
Otras armaduras fueron encontradas en múltiples culturas, principalmente hechas de pieles de animales, para proteger sus torsos, e incluso cascos o yelmos con figuras de animales. Las armaduras para proteger las partes más vulnerables del cuerpo se fueron perfeccionando.
Los griegos y los romanos también desarrollaron sus propias armaduras, efectivas cada una a su manera. Por su parte, los griegos hicieron espinilleras y armaduras de petos y espalderas forjadas en una sola pieza o confeccionadas con láminas de metal unas sobre otras con bases acolchadas.
En el caso de los romanos, crearon una armadura llamada loriga de escamas de metal, que les cubría la mayor parte del cuerpo: la espalda, el pecho, los hombros, vientre y caderas, además de un casco.
A partir de la época de la Edad Media las armaduras forjadas en metal representaron un gran avance frente a las anteriores de pieles con fragmentos metálicos.
La Edad Media es un periodo que comprende entre los años 476 d.d.C. y hasta 1492 con el descubrimiento de América. Durante ese siglo, ejércitos de todo el mundo tuvieron su propio estilo de armaduras.
Para salir a batallas las armaduras podían ser distintas, especialmente dependiendo del estatus social de quien lo portara. No era la misma armadura de un noble que la de un soldado común.
Con el avance en el trabajo con metales, se perfeccionó la técnica de acero templado, la cual permitía forjar armaduras más resistentes y modulables; y el uso de escudo fue fundamental, para proteger las partes que quedaban al descubierto.
Hacia el Siglo X todavía existían armaduras que se consideraron inapropiadas, insuficientes e incluso primitivas, frente a las que surgieron a partir del Siglo XI, cuando comenzaron las Cruzadas.
Fue entonces cuando se alargaron las lorigas, también conocidas como brunica o brunia, que solo llegaban a las caderas, y posteriormente hasta los muslos.
Poco a poco esta prenda metálica hecha por los enlaces de argollas entre sí, evolucionó hasta agregarle mangas, primero cortas y luego largas e incluso una capucha para proteger el cuello y la cabeza. Esta prenda terminó conociéndose como jacerina o cota de malla.
Usualmente llevaban un jubón acolchado por debajo de la armadura para protegerlos del metal y posibles rozaduras.
Tuvo muchas variaciones en esos siglos, antes del Siglo X comenzó siendo un casco cónico sencillo sin visera ni yugulares, pero hacia el Siglo XI se le incluyó el apéndice nasal recto.
Hacia el Siglo XIII el casco evolucionó a yelmo con visera y barbera, además de ser plano por la parte superior. Un siglo después el yelmo fue ganando más adornos y se puso una cresta o cimera, además de una visera movible que lo hacía más cómodo. Finalmente, hacia el Siglo XV, aparecieron más variaciones para los yelmos, la celada y el almacete.
Cada cultura y civilización tenían su propio tipo de armadura, sin embargo para ese entonces ya eran muy similares, porque las habían perfeccionado observando sus puntos débiles frente a sus contrincantes.
No obstante, se pueden diferenciar ciertos tipos de armaduras medievales específicas, como las de la nobleza, los caballeros y soldados comunes de artillería.
Por ejemplo, esta armadura de torneo:
O esta armadura de caballero templario:
Con el avance en la forja de armaduras medievales, una sola armadura llegó a tener alrededor de 250 o hasta 300 pequeñas piezas que protegían por completo cada parte del cuerpo del caballero.
Mencionaremos solo las partes más importantes que conforman a una armadura, según el área que protegen del cuerpo.
Para proteger la cabeza
Casco o yelmo, con morrión, visera y barbera.
Gola, parte que protege al cuello de los ataques de frente.
Cubrenuca, parte que protege el cuello de los ataques traseros.
Para proteger el torso
Gorjal o gorguera, cubre el pecho y espalda.
Peto, cubre todo el pecho.
Guardarrenes, para cubrir el lomo o espalda baja.
Pancera, malla para cubrir el vientre.
Culera, malla para cubrir los glúteos.
Para proteger las extremidades superiores
Hombreras
Guardabrazos
Sobaqueras
Codales
Brazaletes
Cangrejos (cubrir parte opuesta del codo)
Manoplas (para muñecas y manos)
Guanteletes (dedos y manos)
Para proteger las extremidades inferiores
Quijotes o musleras
Rodilleras
Grebas (para piernas)
Escarpines y zapatos cerrados
Tarja o tarjeta (escudo o emblema)
Toda armadura medieval era costosa, sin embargo unas lo eran más que otras, especialmente las que tenían mallas.
Hay quienes piensan que las armaduras medievales eran muy estorbosas o pesadas, pero, incluso algunas son más ligeras que trajes de soldados contemporáneos.
El peso entre una y otra oscilaba según sus características, entre 25kg y 30kg, habiendo piezas tan pesadas como las mallas, que pesaban hasta 11kg por sí solas.
Finalmente, una vez resueltos los múltiples inconvenientes de las armaduras más antiguas, tuvieron tiempo de pensar en adornos y distintivos.
Usaban insignias grabadas en sus cascos o yelmos para diferenciarse en el campo de batalla, además de crestas y plumas de colores.
Pintaban sus acolchados interiores de colores que representaban a sus reinos y también ponían sus emblemas en los escudos.
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